Takashi Miike, poco a poco, está poniendo a test el aguante de la audiencia. Empezando con su TRIAD SOCIETY TRILOGY (donde empieza a destrozar algunas de las convenciones del género de películas de yakuzas), continuando con el explosivo inicio de DEAD OR ALIVE (seguido de numerosas perversidades entre ellas zoofilia, cropofilia, etc.), pasando por AUDITION, la cual también obligó a muchos a dejar el cine, primero de aburrimiento y luego de terror, con un cruce de géneros que hace buen uso de la acupuntura. ICHI THE KILLER parecía estar destinada a ser el no va más en cuanto a aberraciones cometidas en una largometraje en solitario, pero todo apunta a que VISITOR Q, la cual me perdí el año pasado, es incluso mucho más impactante. ICHI THE KILLER está basada en el manga de culto en diez volúmenes de Hideo Yamamoto, el cual apareció publicado originalmente en la revista Weekly Young Sunday. Recientemente, se ha puesto a la venta una versión animada del cómic. Uno de los atractivos de ésta es que el propio Takashi Miike le da voz al personaje de Kakihara.
El jefe (oyabun) de Kakihara (Tadanobu Asano en el papel de un yakuza tan masoca como sádico. Sin embargo Asano le imprime con un atractivo y estilo muy diferente al personaje del manga, el cual es totalmente repulsivo y desagradable) ha desaparecido con una cantidad importante de yenes. Muchos piensan que ha sido asesinado por un lunático (interpretado por Nao Omori, hijo del famoso bailador de butoh, Akaji Maro) que pulula por las calles de Kabuki-cho (centro de Tokio). Éste, durante el día es un joven tímido e introvertido que trabaja de camarero pero también es un experto en artes marciales y, bajo el control hipnótico del misterioso Jijii (Shinya Tsukamoto, director de TETSUO y A SNAKE OF JUNE), se tranforma en un máquina de matar, en Koroshiya Ichi (asesino número uno). Para cargarse a miembros de clanes yakuza (kumi) seleccionados por Jijii, Ichi se pone un uniforme negro, con un nu'mero 1 fluorescente sobre una especie de caparazón que le da un aspecto de insecto y con cuchillas guardadas en los talones de sus botas. Ichi corta a sus enemigos de arriba abajo, los destripa y descuartiza en un plis-plas, al mismo tiempo que llora como un bebé, provocando el mayor baño de sangre en la historia del cine. Ichi no es sólo un sádico llorón sino que también le gusta masturbarse mientras ve a un chulo sádico golpear a su prostituta. Destornillante escena que da comienzo a la película, donde el esperma que Ichi eyacula, poco a poco, se va disolviendo en el suelo hasta producir el título del largometraje. Ichi no mata al chulo para ayudar a la pobre prostituta, completamente disfigurada después de tantas palizas. Lo que Ichi realmente quiere es tomar el lugar del chulo.
Como ya he dicho antes, detrás de las barbaridades que se amontonan en Ichi hay una clara intención, por parte de Miike de subvertir las convenciones del género, llevándolas a extremos casi cómicos. Un ejemplo de estas convenciones es la relación homoerótica entre el oyabun y kobun (subordinado) como por ejemplo en el clásico de Suzuki Seijun, TOKYO DRIFTER. Este tipo de relación está muy por encima de cualquier relación heterosexual. El oyabun es casi siempre un obstáculo para una posible relación entre el protagonista y la chica de turno. Un claro ejemplo en ICHI THE KILLER es la escena donde Karen, la prostituta de Hong-Kong, trata de ocupar el rol del jefe de Kakihara. Pegándole a más no poder, Kakihara le dice a Karen que no es tan buena como su jefe, que no hay pasión en su violencia. Con la entrada en escena de Ichi, Kakihara parece que ha encontrado su perfecta media naranja y removerá cielo y tierra hasta conseguir dar con Ichi. Este es el momento que Kakihara llevaba aguardando durante largo tiempo y, por supuesto, se encuentra totalmente excitado sexualmente ante la posibilidad de enfrentarse con una persona carente de sentimientos, la cual mata a sangre fría sin ningún tipo de vacilación o remordimiento.
Elementos sadomasoquistas también son muy comunes en películas de este género y, de la misma manera, Miike los empuja hasta extremos impensables. Cuerpos enteros rajados por la mitad, completamente descuartizados o suspendidos de ganchos de carnicero y atravesados con agujas. ¿Pero tiene ICHI THE KILLER algún tipo de moraleja o comentario social?. Quizás, pero están muy sumergidos en la carnicería. Ichi, el protagonista, está obviamente obsesionado con videojuegos y cuando no se está cargando yakuzas o visitando camareras/prostitutas en hostess bars, pasa las horas encerrado en su habitación. De pequeño Ichi fue martirizado por sus compañeros de escuela (un problema que es bastante común en Japón, vease ALL ABOUT LILY CHOU CHOU) y se encuentra traumatizado después de presenciar la violación de su compañera de clase, la única persona que le había ayudado, a manos de aquellos. Interesante es el misterioso personaje de Shinya Tsukamoto, Jiji, quien hipnotizando a Ichi, le obliga a cargarse a los yakuza enemigos. Jiji pone cámaras de seguridad en los recintos que ocupan los mafiosos para enseñar a Ichi a quien tiene que matar, asegurándole que estos matones son los mismos tíos que lo habían intimidado en la escuela y violado a su amiga. En una conversación con Ichi se sugiere que Jiji pudiera ser el alter-ego de Takashi Miike (el director manipulando a sus espectadores), manipulando al pobre Ichi a través de televisores.
Por otro lado, esta teoría pudiera ser muy rebuscada y como alguien ha comentado, quizás la violencia en ICHI THE KILLER no haya que tomarla demasiado en serio (después de todo el film está basado en un manga. Y si éste le parece a alguno demasiado extremo, no se puede comparar a la barbarie del manga. Comparada con éste, la versión de Takashi es bastante blandilla), pero casi como de broma. Aunque hay algunas escenas que podrían definirse como cómicas, otras, la que protagoniza Susumu Terajima y Tadanobu Asano al principio del largometraje, te dejan boquiabierto. Cómica o no, Takashi no puede remediar acabar ICHI THE KILLER con un final bastante depresivo y muy intrigante que, a mí, me ha dejado helado las dos veces que la he visto. Un final, que por cierto, difiere completamente, o por lo menos es más enigmático, del que aparece en el manga. Una de las razones por esta discrepancia quizás sea lo laborioso, por no decir imposible, que sería llevar el final del manga a la gran pantalla.
Miike parece ser que simpatiza más con los críos que con las mujeres (como por ejemplo en DEAD OR ALIVE 2: BIRDS). Para feministas Miike sería el enemigo público número uno, puesto que la manera en que las trata es bastante sospechoso y, tal vez, ésto sea lo que haya escandalizado a más gente. De todas maneras, esta actitud hacía el sexo femenino es algo que Miike lleva demostrando desde que vi la primera parte de su trilogía SHINJUKU TRIAD SOCIETY, donde una prostituta se enamora del personaje central, después de haber sido violada por detrás. El motivo: nadie la había hecho correrse de tal manera. En una entrevista con Takashi Miike decía que la razón por la cual se carga a las mujeres de una manera tan violenta y rápida es por que tienden a racionalizar todo y él no tiene tiempo para proveer sus películas con una explicación racional o coherente.
A pesar de toda esta polémica, el director parece que se esté alejando de las películas directas a vídeo (o v-cinema como se las conoce en Japón), con la excepción de VISITOR Q, que realizó en la etapa inicial de su carrera. En los últimos 3 años Takashi Miike ha dirigido comedias, musicales, sátiras sociales, películas de terror y por supuesto de yakuzas.
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sábado, 4 de julio de 2009
Ichi the Killer
"Todos los sucesos y personajes en la película son totalmente repulsivos. Cualquier semejanza con personas, vivas o muertas, es una triste coincidencia".
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