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miércoles, 24 de octubre de 2012

A Chinese Tall Story

Las Navidades pasadas, la emergente industria cinematográfica oriental ha desembarcado con tres proyectos de alto coste buscando prometer diversión al espectador: "The Promise" en China, "Yamato" en Japón, "A Chinese Tall Story" en Hong Kong. Grandes presupuestos que no han escatimado en el apartado musical, hasta el punto de acudir Chen Kaige a un compositor occidental, Klaus Badelt en la primera, y los responsables de las otras dos al mas conocido y exportable músico del continente, Joe Hisaishi.

"A Chinese Tall Story” haciendo gala a su nombre es lo que desde generaciones pretéritas conocemos como "un cuento chino". Una historia fantástica que hábilmente ha sabido conjugar elementos de ficción real con diseños gráficos de última generación y efectos digitales y animados por doquier. Su argumento gira alrededor de Tripitaka, un monje que con tres de sus discípulos llega convertido en héroe a la ciudad de Shache. La captura de los mismos por parte del diablo de los espíritus del Árbol provocará que Tripitaka idee un plan para su liberación, un camino rodeado de monstruos y criaturas desconocidas donde contará con la ayuda de Meiyan una joven con apariencia de lagarto que caerá enamorada del monje.

Lo cierto es que el maestro Hisaishi lleva para mi gusto una temporada donde no es capaz de aunar el excelso manejo de las cuerdas y el piano con elementos electrónicos, como nos tenía acostumbrados en los trabajos realizados junto al genio de la animación Hayao Miyazaki ("Princess Mononoke", "Nausicaa", "Spirited Away") o al poeta urbano Takeshi Kitano ("Hana-Bi", "Kids Return" o esa obra maestra que es "Kikujiro´s Summer"). Con una indudable capacidad melódica que le ha convertido en uno de los compositores mas interesantes del momento, sus últimos proyectos, el algo desabrido "Welcome to Dongmakgol", su experimento en la dirección con "4th Movement", e incluso, aunque en menor medida, su última experiencia con Miyazaki "Howl´s Moving Castle", demuestran su indudable calidad musical pero atendiendo a cierto abuso de clichés o formas aplicadas anteriormente en su filmografía.

En "A Chinese Tall Story" nos enfrentamos a un trabajo sinfónico de primera magnitud, donde el maestro nipón realiza un insólito despliegue al metal para un filme que musicalmente se mueve entre géneros, pero que, porqué no decirlo, adolece de cierto esquematismo. Hisaishi se apoya en un maravilloso tema central de amor (deudor del "Ashitaka and San" para "Princess Mononoke") que entrega a la cuerda y al piano. Presentado en la canción de créditos ("Sacred Love"), interpretada por los actores Nicholas Tse y Charlene Choi con arreglos pop, el tema arrastra el cuerpo sonoro del score hacia ámbitos épico-románticos. La habilidad del maestro nipón radica en la introducción del mismo sobre variaciones delicadas y suntuosas donde un instrumento lleva el peso narrativo de la melodía: el piano en "Prologue", la flauta en "Lover´s Gambit", el erhu en las maravillosas "Longing For You" y "I Know".

El otro punto de máximo interés de la edición se centra en las marchas y cortes épicos con los que Hisaishi maneja la aventura. Una desaprovechada y gloriosa melodía repleta de epicidad emerge al final del corte "Words Are Lethal", reapareciendo brevemente al inicio de "Rout of the Four Heavenly Knights", corte que deriva tras un pasaje mágico con empleo de arpegios en un tema rítmico de marcado tono étnico, secundado por la percusión. La percusión, agreste y tensa, se convierte en otro de los elementos sobre los que Hisaishi forja el diálogo contrapuntista que le permite saltar de un género a otro, enfrentando la acción hostil con "Dogfight Over Shache", "Storming of the Celestial Court", "The Triumphant Entrance" y "Capitulation", al misterio ("Alien Invasion"), la comedia ("Words Are Lethal", "Yours Truly, Tripitaka") o el drama sobrenatural ("Divine Manifestation").

Como indicaba anteriormente, el universal dogma de una trama de aventuras que se precie, la eterna lucha del bien contra el mal, es reflejado por Hisaishi con la introducción de dos marchas. Una oscura con rotundo empleo del metal frente a otra mas épica y rítmica en el uso de ritmos sincopados. Ambas dialogan con brusquedad durante el corte "Help Is on the Way" y son aplicadas con un sorprendente acompañamiento de batería y guitarra eléctrica en el desconcertante pero animoso "Annihilation of the Tree Spirit".

Capítulo aparte merece la edición limitada puesta a la venta y disponible en tiendas online asiáticas (playasia y yesasia disponen de la misma): una caja rectangular de atrayente diseño que una vez abierta despliega siete recortables adhesivos de los protagonistas de la historia, acompañando el score y un iVCD con completa información de la película (fotos, trailers, videoclips, juegos…..), todo ello por un precio que ronda los 15 euros.

Sin duda Joe Hisaishi vuelve a ofrecernos un magnífico despliegue sinfónico, donde ayuda la mas que correcta interpretación de la China Philarmonic Orchestra; pero a uno, que quieren que les diga, le apetecería reencontrarse con el compositor intimista que hace no mucho tiempo era capaz de ofrecernos odas poéticas para tres instrumentos, con una capacidad de síntesis equivalente a ensayos de 600 páginas.